“El camino de sirga es de todos y no es de nadie”, dijo hace cuatro años un funcionario de Yerba Buena, para describir los problemas que se generaban en esa otrora ruta entre el sur de la capital y La Rinconada que a fines de siglo dividía las jurisdicciones de Yerba Buena. El crecimiento en barrios cerrados en la parte sur del canal y la intensa urbanización en la parte norte, así como el movimiento intenso que ha ido adquiriendo la vía a raíz de la explosión poblacional en San Pablo y El Manantial ha determinado que el viejo camino deviniese avenida. Pero sigue siendo de todos y de nadie: en él se involucran las administraciones comunal y municipal, así como Vialidad y la Dirección del Agua. Y ahora también la Universidad, que está erigiendo en la mitad del recorrido el nuevo parque Prebisch.
En la tarde del viernes de la semana pasada hubo un ataque a balazos en el área este del camino, cercana al puente de la calle Zavalía. Un auto pasaba de oeste a este cuando una bala atravesó las ventanillas traseras. El conductor vio a tres personas que salieron al camino haciendo disparos. “Gracias a Dios, gracias a Dios y a la Virgen no venía ninguno de los chicos. Podía haber pasado una desgracia. Gracias a Dios ahora estoy esperando para hacer una denuncia por algo material nada más”, dijo el automovilista en un video que se viralizó.
En la comisaría de Marti Coll y en la 8ª –donde le tomaron la denuncia- le dijeron que era jurisdicción de El Manantial, si bien lo tranquilizaron indicándole que que intervendría la Brigada. Pero con ello se vuelve a tener la idea de que en seguridad también el camino es de nadie porque no hay quien se haga cargo directamente. En el lugar del hecho, que está cercado por pastizales crecidos y específicamente por tártagos, no hay cámaras de vigilancia. Los vecinos dijeron a LA GACETA que la falta de jurisdicción es la principal causa de los delitos. “Se esconden en medio de los yuyos y desde ahí tiran piedras o salen de repente para hacer que los conductores frenen y así robarles”, dijo uno. Otro aseguró que la zona es una “boca de lobo” y que “muchas veces también se esconden entre los autos abandonados que hay junto al canal. Es la primera vez que escucho que le hayan hecho un tiro a alguien”. Hay que recordar, además, que a mediados del año pasado una mujer que iba a trabajar a un barrio cercano fue atacada por un asaltante, que poco después fue detenido y acusado también de tentativa de abuso sexual.
Sea que el ataque a balazos se trate de un hecho aislado o que marque una tendencia en inseguridad, el ataque a plena luz del día debería generar la preocupación para dar seguridad a la avenida, mantener cortos los pastos, cuidadas las banquinas e iluminado el recorrido, y con una presencia policial constante.
La circulación vehicular –autos y motos- es intensa, ya que así lo determina el movimiento de los barrios cerrados, junto a los cuales se están formando centros comerciales. Incluso está claro que la circulación de gente crecerá más a medida que vaya tomando forma el parque universitario. Así lo indica la tendencia de urbanización del sector. No puede ser que la vía de comunicación se esté convirtiendo en un área sin ley. Al contrario, tanto la Policía como las autoridades administrativas y viales deberían definir estrategias de seguridad para que el camino de sirga deje de ser de nadie y comience a ser de todos.